lunes, 3 de marzo de 2008

AGUA PARA LA GUERRA, GUERRAS DE AGUA

CRÍA CUERVOS

Por Magdalena González

Leo con pasmo los titulares de “La Vanguardia” del sábado uno de marzo: “LA GUERRA DEL AGUA”.
Pues bien. Sabemos que España se muere de sed y que las grandes concentraciones urbanas son las que más necesidades de agua consumen. Más habitantes, más industria, más turismo, más fugas en la red.
Barcelona se nutre de dos cuencas, el río Llobregat y El Ter. El Ter nace y se desarrolla en la provincia de Gerona. Y los gerundenses dicen que el agua es suya. Que la necesitan y que verdes las han segado.
Lérida dice que si Barcelona necesita agua, se la vende. Y Tarragona dice que si carga barcos cisterna para abastecer a su metrópoli capitalina, pues que no va a ser menos que sus vecinos, que también una pasta gansa.
Esto, señores, es el nacionalismo llevado hasta sus últimas consecuencias. Los distintos gobiernos de Jordi Pujol y los todavía más nacionalistas del PSC han adoctrinado a la población en el ombligismo, en la onfaloscopia que diría Sánchez Ferlosio. La visión cada vez más miope de mi terruño, de mis costumbres, de mi lengua, de mi – mi – mi ... ha calado tanto en la población que, ahora, también potencian sus diferencias entre los miembros dels Països Catalans. ¿Qué Barcelona no tiene agua? Ah, pues, se siente...
Y a todo esto, el Ebro ni se toca. Claro. Nada más faltaría. Mejor traer agua del Ródano –comprándosela a los franceses- que mencionar cualquier uso del agua que el Ebro vierte al mar y que podría “desestabilizar” gravemente la zona. Evidente. Si no era agua buena para Murcia, tampoco lo puede ser para Barcelona ¿no?
De vergüenza. Mientras tanto, la sufrida población ve cómo se mueren sus plantas, cómo no pueden llevar a sus niños a las piscinas, cómo se secan sus grifos y se preguntan que qué han hecho mal, que después del apagón (culpa de Madrid), del retraso del AVE (culpa de Madrid), de la movida de Cercanías (culpa de Madrid), del caos del aeropuerto (culpa de Madrid) y de miles de penurias diarias de las que se culpa también a Madrid, van a caer en la desesperación de no tener agua por culpa de Tarragona, Lleida y Girona. Y los políticos, mirando para otro lado, claro. Buscando como locos un argumento, una frase, un algo para culpar también a Madrid de estos desmanes internos. Cría cuervos.

Desde Ciudadanos defendemos la necesidad, siempre bajo criterios determinados por entes técnicos y no politizados, aquellos trasvases de cuencas que tengan el objetivo de garantizar el consumo humano y el mantenimiento de mínimos del caudal ecológico. Defendemos el modelo de Confederaciones Hidrográficas potenciando su independencia y rigor técnico, frente a la voluntad de los nuevos Estatutos de las Comunidades Autónomas por controlarlas. Serán las Confederaciones Hidrográficas, en representación de la Administración General del Estado, quienes tendrán que adoptar las decisiones más apropiadas para satisfacer las necesidades de agua de cada zona.