jueves, 17 de abril de 2008

NOS QUEDA FRANCESC

Por si acaso alguien ha utilizado " La Vanguardia", periodico institucional donde los haya, para recoger restos de comida o empapar el agua que pierde el lavavajillas, quede aquí constancia del artículo de F. de Carreras publicado en el día de hoy y que, aun referido a un tema central y de lo más concreto ( nuestro agua) parece un ejercicio de racionalidad y laicismo dignos de un Castelar, un Pi ( i Margall ) o un Azaña ...en estas fechas, las del aniversario de la República, la II.
y dice así..textual:
" Hace unos pocos años, los mandarines que determinan lo que debe ser considerado politicamente correcto decidieron que una palabra debía ser excluida del vocabulario bienpensante: los trasvases entre ríos y cuencas fluviales. A quien se mostrara partidario de un trasvase se le debía considerar un facha, así de simple. También así de simplista.
La cosa no dejaba de ser curiosa. Tradicionalmente, el pensamiento progresista siempre había sido ferviente partidario de los trasvases entre ríos. La razón era muy sencilla: los trasvases respondián al principio de solidaridad, central en el ideario progresista. El agua de los ríos no era de nadie y, por tanto, era de todos, era un bien público- Había, pues, que repartirla, nadie podía apropiarse de ella, debía distribuirse equitativamente entre las personas, entre los seres humanos. ¡Los seres humanos ¡ qué tiempos aquellos ¡ Los derechos del hombre y del ciudadano, la libertad y la igualdad de las personas, 1789 ¡ ¿ Recuerdan ?
Ahora ya no existen los seres humanos: se han desconstruido. Ahora existen hombres y mujeres, menores y mayores, aragoneses y catalanes, vascos y vascas, homosexuales y heterosexuales, consumidores y usuarios, cristianos, judíos y musulmanes. El hombre el individuo a secas, ha desaparecido de nuestro panorama político, ya no existe como ya decía Joseph de Maistre, en, 1796, en su crítica a las ideas de la Revolución Francesa en defensa del Antiguo Régimen: " No hay hombres en el mundo. Durante mi vida, he visto a franceses, italianos, rusos, etcetera; sé incluso, gracias a Montesquieau, que se puede ser persa: pero en cuanto al hombre declaro no haberlo encontrado en mi vida; si existe, mi ignorancia sobre tal hecho es total ".
Hoy la izquierda parece estar con De Maistre, no con Voltaire, ni con Diderot, Condorcet o Sieyes, que por encima de todos creían en el ser humano.