viernes, 18 de enero de 2008

UN PARTIDO PARA LAS PERSONAS

CIUDADANOS-PARTIDO DE LA CIUDADANÍA

Cuando se fundó Ciudadanos, muchos intuimos que este proyecto recogía los anhelos y las esperanzas frustradas de un número cada vez mayor de personas que denostaban la profesión del político, como si de un apestado se tratase, hartos de que antepusiesen siempre sus intereses personales a los colectivos.
Pues bien. Ciudadanos plantea una tercera vía en la que lo importante son los intereses de los ciudadanos frente a los intereses personales y de partido. Su objetivo es dar voz a las preocupaciones e inquietudes de la gente y a hablar de sus problemas reales. Nuestro programa político no lo han hecho personajes venidos de otras dimensiones. Somos nosotros, nuestros foros, nuestras colaboraciones, los que estamos día a día con los pies en la tierra, los que ayudamos a poner en blanco sobre negro lo que deseamos sea el futuro inmediato de nuestro país.
Somos conscientes de que el camino es largo y difícil. Pero había que dar el primer paso en un momento u otro, y ese momento ha llegado. En política, como debe de ser, anteponemos la razón al corazón. El corazón lo ponemos en el trato con nuestros compañeros y el sentimiento de hacernos eco de lo que pasa por la calle, para llegar a ser los mejores voceros de lo nuestra gente.
Nuestra carta política es la siguiente:

Creemos en la igualdad de derechos y deberes para todos los ciudadanos. Nos proponemos avanzar en las libertades individuales como pilares básicos para construir una sociedad avanzada y progresista.
Consideramos fundamental el tener un modelo educativo de calidad, común y consensuado. Que perviva al signo político de cada momento.
Creemos en un modelo de Estado basado en las Autonomías. Pero el sistema debe de estar fundamentado en la eficacia y en la igualdad para todos los ciudadanos, no en políticas miopes que únicamente buscan su propia supervivencia en el poder.
Regulación del sistema lingüístico. Que no suponga menoscabo de los derechos y de las obligaciones de los ciudadanos que vivan en una comunidad con dos lenguas oficiales.
Regular la libertad religiosa en equilibrio con el laicismo institucional.
No apoyar ni formar gobierno con aquellos partidos que hagan políticas nacionalistas. Creemos firmemente que el nacionalismo potencia las diferencias y crea situaciones de verdadera injusticia social.

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